lunes, 6 de abril de 2009

"Recordó a tiempo todas las noches que había pasado en vela invocando su muerte, todas las copas que había alzado en el aire para brindar en su entierro, todos los timbres de teléfono que le habían torturado durante años enteros, todas las mesas de restaurante con dos cubiertos en las que había acabado cenando solo, todas las vidas a las que había renunciado, todas las novias a las que había dejado, todas las oportunidades que había rechazado para poder seguir gozando del glorioso martirio de los timbrazos equivocados, de las mesas solitarias, de las copas envenenadas, de las noches en blanco y del cuerpo moreno del amor de su vida."

Los aires difíciles - Almudena Grandes